Si te encuentras embarazada y también eres dueña de un gato, es muy probable que te hayan surgido dudas sobre el impacto que estos animales pueden tener en la gestación. Es cierto que se han creado muchos mitos y creencias populares al respecto, por lo que en este artículo queremos desmitificar algunas de esas ideas y explicarte las verdades sobre la convivencia entre gatos y embarazo.
Uno de los mitos más populares es que los gatos pueden transmitir toxoplasmosis, una enfermedad que puede ser peligrosa tanto para la madre como para el feto. Sin embargo, es importante aclarar que los gatos sólo pueden transmitir esta enfermedad si están infectados y si la persona tiene un contacto directo con las heces del animal.
Es decir, si tu gato nunca ha salido al exterior o ha cazado roedores, es extremadamente raro que esté infectado con toxoplasmosis. No obstante, se recomienda que te hagas un examen de sangre para detectar si tienes anticuerpos contra la toxoplasmosis antes de quedarte embarazada o en las primeras semanas de gestación.
Si te preocupa la toxoplasmosis, otra de las preguntas que te habrás hecho es si debes dejar de cambiar la caja de arena de tu gato durante el embarazo. En principio, esto no tendría por qué ser peligroso siempre y cuando mantengas una buena higiene y cambios la arena con frecuencia.
Pero si prefieres no correr riesgos, puedes delegar esta tarea a otra persona de confianza o utilizar guantes y mascarilla para minimizar el riesgo de contagio.
Otro mito infundado es que los gatos pueden sentarse en los recién nacidos y asfixiarlos. Es importante aclarar que esto no es cierto y que, de hecho, los gatos suelen evitar acercarse a los bebés, por lo que el riesgo de asfixia es prácticamente nulo.
En resumen, los gatos no son peligrosos durante el embarazo siempre y cuando se tomen ciertas precauciones básicas de higiene y se evite el contacto directo con sus heces. Si eres una amante de los felinos y estás embarazada, no tienes por qué deshacerte de tu amigo peludo, sólo necesitas una buena convivencia basada en el respeto y el cuidado mutuo.## Consejos para una convivencia saludable entre gatos y embarazo
Aunque los gatos no supongan un peligro durante el embarazo, sí que es cierto que algunos de los hábitos y costumbres de estos animales pueden ser incómodos o molestar a la embarazada. Algunos consejos para una convivencia saludable son:
Independientemente de si estás embarazada o no, siempre se recomienda mantener una buena higiene cuando se convive con gatos. Lava tus manos con regularidad después de manipular a tu gato y asegúrate de que la bandeja de arena esté limpia y desinfectada.
Los gatos son animales territoriales y pueden reaccionar de forma agresiva ante situaciones desconocidas o cuando se sienten amenazados. Durante el embarazo, es especialmente importante que evites los arañazos y mordiscos de tu gato ya que estos pueden provocar una infección.
Los gatos son animales independientes y necesitan de un espacio propio en el que poder descansar o jugar tranquilos. Durante el embarazo, es probable que necesites más tranquilidad en casa, por lo que es recomendable que proporciones a tu gato un espacio propio en el que pueda estar cómodo.
Aunque la toxoplasmosis no es una enfermedad común en los gatos domésticos, es importante que cuides tu alimentación durante el embarazo. Evita comer carne cruda o poco cocinada y lava bien las frutas y verduras antes de consumirlas.
Si tienes alguna duda sobre la convivencia con tu gato durante el embarazo, lo mejor es que consultes con un veterinario. Él podrá asesorarte sobre los cuidados que necesitan los gatos en esta etapa y aclararte cualquier duda que te haya surgido.
En conclusión, los gatos y el embarazo pueden convivir sin ningún problema siempre y cuando se tomen ciertas precauciones básicas de higiene y se tenga en cuenta el respeto hacia estos animales. Si eres una amante de los gatos y estás embarazada, no tienes por qué preocuparte, sólo necesitas ser responsable y cuidadosa. Y recuerda, si tienes cualquier duda, consulta con un especialista.